Que tremendo cuándo uno cae a cuenta que dedico tanto tiempo a un proyecto que no terminó de funcionar. Un proyecto puede ser una empresa, emprendimiento, noviazgo y hasta una familia.
Tantas horas dedicadas, tantos años invertidos, ¿y todo para que? llegas a ese momento de cierre donde pensas ¿y todo para esto? ¿esta es mi ganancia? ¿soledad, quiebra, dolor, angustia?. No encontramos ganancia alguna.
Solos en la cama, mirando a la pared, ¿que se puede analizar?
Supongo que si bien las etapas para todos pueden ser las mismas, no así el proceso o el orden. Te llega el dolor, angustia, desolación, mueren los sueños y la visión de futuro.
Ahora, en la angustia, en la soledad, cuando la cabeza no para de trabajar entre un ida y vuelta con recuerdos, ideas, proyecciones, especulaciones, miedos y más y más pensamientos, hay que descubrir la respuesta a la pregunta. Es en este punto donde hay que calmarnos, frenar la pelota y preguntarnos ¿de que nos sirvió?
Esa estafa, te sirvió para ser más precavido. Esa traición, hoy te permite tener un mejor olfato ante situaciones de engaño. Esa amistad que terminó de la peor manera, hoy te deja parado con un conocimiento de como llevar una relación de amistad y reflexión sobre como mejorar las siguientes y actuales. Esa traición del familiar, te enseña cuál feo resulta ser embaucado por los propios y como tus hijos y generaciones futuras merecen algo mejor, no que repitas la historia.
Ese noviazgo al que invertiste años, dinero, sueños, tu cuerpo y alma, hoy te dejan con un corazón más “curtido”, preparado, muchos aprendizajes para no volver a cometer viejos errores. Hoy estas listo para volverlo a intentar.
Es fácil decir, no me vuelvo a enamorar, no vuelvo a confiar, no vuelvo a emprender. ¿Cuál es el costo de esto? renunciar a tus sueños por miedos. Renunciar a tu propia empresa por miedo. Renunciar a tu familia soñada por miedo.
¿De que te sirvió el dolor? para aprender que se siente y no hacer a otros eso que tanto te lastimó, para entender que las personas fallan y hay que tener un plan b, para descubrir que tus sueños son tan valiosos que tienen un precio, aunque a veces duele un poco, pero al final del camino todo sirve para avanzar.
