Hay un tiempo en que parece que estamos cerca del final. Y no necesariamente de la vida física, sino hablo de cuao sentimos estar cerca del final de una etapa, noviazgo, proyecto económico, etc. Esto naturalmente nos genera dolor.
Otras veces cuando parece que estamos asomando la cabeza hacia la luz, caen -y en fila- los problemas. Uno atrás de otro para desmotivarnos y hacernos caer el ánimo.
Hay dolores que huelen a victoria
Los dolores en nuestra vida pueden sorprendernos, caer sin que los esperemos. Mientras que otros son la mera causalidad de nuestros actos. Si somos mentirosos, estafadores, ladrones y lastimamos a terceros, el dolor tarde o temprano llega para cobrar una revancha.
Hay mañanas en las que comenzamos y decímos “hoy es un día nuevo, día 1 en mi … (empresa, noviazgo, carrera, vida, etc) y comenzamos con la actitud correcta. Nos movemos bien, somos inteligentes, hacemos planes, ponemos toda la fuera necesaria para crecer…pero ahí llegan los problemas también.
¿Cómo entender el dolor que llega de una buena intención? esos, amigo mío, es un dolor lega simplemente para confirmar que vamos por el buen camino. Tenemos un Dios que impulsa, un enemigo que busca nuestra constante caída y desmotivación. Es por eso que ante el dolor que llega cuando uno hace las cosas bien, no es más que una confirmación de que debemos de persisitir porque la victoria está cerca.
Solo debe frenar o cambar aquel que está haciendo daño con sus acciones. Aquella persona que lastima, miente, estafa; pero si estás con un corazón apasionado, con la idea de ayudar y cooperar, que no te gane la depresión. Que los problemas te impulsen día a día, confirmando que vas por el buen camino!.
