“El amor de muchos se enfriará” ¿el mío también?

En la Biblia encontramos dentro del libro de Mateo, en el capítulo 24, una serie de versículos dedicados a las “señales del fin”. A lo largo de cada palabra que encontramos aquí, se describen todas las señales que Jesús le indicó a sus discípulos para indicar que su segunda venida está cerca. 

Hay un versículo puntualmente que desde el estallido del COVID 19 tuvo mucho protagonismo y millones de cristianos lo tomaron como señal y él mismo dice “Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá pestes…” y a medida que avanza vemos más y más señales catastróficas lo que todo decanta no solo en la segunda venida, sino en una consecuencia previa que encontramos narrada en el versículo 12:

“y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” v12

Uno de los pronósticos de cara al futuro es el cansancio masivo. Si querés sacar lo peor de una persona, solo encargate de cansarlo, de saturarlo y hacerle creer que su esfuerzo no vale para nada, al lograrlo vas a tener como resultado una persona que comienza a perder su moral, paciencia y el amor hacia quienes piensan y actúan distintos a ellos. La falta de fe hace que se pierda el amor por quienes nos rodean.

¡Pero no todo está perdido! también Jesús nos remarca que muchos se cansarán, pero otros podrán mantenerse firmes y para ellos hay un futuro de salvación como vemos en el versículo siguiente:

“Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” v13

Una vez un amigo me hizo un planteo interesante: “¿de qué sirve evangelizar si la misma palabra dice todo va a ir de mal en peor?” ¡TREMENDA PREGUNTA!. Me hace pensar que quizás somos muchos los que conocemos de Cristo y de una forma inconsciente tenemos este pensamiento sin darnos cuenta. ¿Y si no estamos dando todo de nosotros por los demás porque pensamos así? ¿que debemos hacer si la misma palabra dice que todo empeorará?.

Muchos siglos antes de Cristo, Dios habla por medio del profeta Jeremías al pueblo de Jerusalem para darles aliento en medio de una situación crítica. Muchos habían sido expulsados de sus tierras y ahora se encontraban en Babilonia bajo opresión. ¿Que debían hacer según Dios en tierra de extranjeros, sin autoridad, un líder y sin paz? Jehová le dijo a Jeremías que comunique lo siguiente:

Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos. Casaos, y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahí, y no os disminuyáis. Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos; ni atendáis a los sueños que soñáis. Porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre; no los envié, ha dicho Jehová. Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Jeremías 29:5-11

Fijate como la primera parte del relato nos dá puras acciones para realizar: edificar, plantar, comer, casarnos, engendrar hijos y multiplicarnos para no disminuir. Así que podemos ver como en primera medida, en medio de la crisis y de entornos donde no haya paz y el caos reine, Dios nos sigue llamando a la multiplicación y expansión. Porque esa es su esencia misma y nosotros como sus hijos tenemos su espíritu, que nos debe motivar a siempre ir por más y no estancarnos.

Luego vemos cuál tiene que ser nuestro segundo motor “procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar y rogad por ella a Jehová porque en su paz tendréis vosotros paz” osea que nuestra paz debe ser consecuencia de nuestras acciones, tanto en el desarrollo de nuestra espiritualidad puertas adentro como en las acciones hacia afuera de nuestra casa. ¿Que estamos haciendo para mejorar el entorno? ¿que estamos pensando llevar adelante para llevar nuestra sociedad a un mejor nivel? 

En los versículos 8 y 9 nos pide que nos alejemos de aquellos profetas que justamente llaman a lo contrario de lo que Dios anhela. Esos líderes que incentivan al caos, rebelión y estallido social. 

Finalmente Dios nos dice “cuando se cumplan los setenta años”, había un tiempo para estar en babilonia, nosotros también estaremos por un tiempo determinado, no sabemos cuando, pero si Dios se mantiene firme al recordarnos: “Cuando se cumpla el tiempo yo los visitaré y despertaré sobre vosotros mi buena palabra para haceros volver a este lugar” ¿Qué lugar? nuestro destino eterno: el cielo.

Así que, como decimos en Argentina, a no aflojar. No importa que tan duro sea el presente y nuestro entorno, somos llamados a multiplicarnos, crecer, prosperar y dar todo hasta el último aliento apostando por una mejor sociedad y descendencia.

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