Cuándo comencé a estudiar locución, dialogué con compañeros del curso y muchas veces salió el tema de “la experiencia”. Muchos de quienes me acompañaban, llegaron a la carrera sin previa experiencia en radio o televisión.
Con esto no quiero decir que fue erróneo, pero en la práctica había una gran diferencia entre quienes se sentaron frente a un micrófono al menos una vez y para quienes era su primera vez. Llegue al I.S.E.R con casi 6 años de radio ininterrumpidos, producción, tv y operación.
La “experiencia” me facilitó aprender nuevas herramientas.
Recuerdo como más de una vez se me comentaba de que no corresponde exhibirse, “¿como te vas a quemar así?” alguien me dijo, con la creencia de que sin “título” no se debía hacer radio. Como si a los oyentes le importara el título más que el contenido o el valor que aportas… Tema aparte
Ellos esperaban, una vez recibidos y con el título siendo parte de su CV, hacer radio y televisión. Ahora, hay situaciones en la vida donde no se puede preparar antes el terreno. ¿Se puede estar listo para ser papá, por ejemplo?
No siempre se está listo para el futuro
Cuando toca, toca. Tanto cuando llega tu primer hijo, sin buscarlo. Una oferta laboral para la que no te capacitaste. Una situación para liderar sin antes haberlo experimentado, etc.
Obvio, uno debe tener sueños, metas e ir formándose en el camino para concretar lo que tanto anhelas y saber sostenerlo en el tiempo. Pero, ¿como llevar adelante algo que no planeamos?
La perdida de un ser querido, el enojo de un inversor, una suba o baja de alguna moneda que afectan tus ahorros, un ascenso inesperado, un contrato que se cae injustamente, entre otros tantos casos. ¿Que hago? ¿puedo parar o tengo que aprender en el camino?
Hay una historia interesante y que está relacionada al tema. Cuando muere el gran Rey David, rey de Israel, asume el cargo su hijo Salomón. Un joven inexperto que se encontró con un reinado muy grande y que debía de administrar con sabiduría, que aún no poseía.
La Biblia narra que en sus primeros días se le aparece Dios y le pregunta “¿que querés?” uno podría pensar que en esa situación el joven rey podría pedir riquezas, un ejercito más grande, un reinado que nunca caiga o algo que le garantice de una vez y para siempre el éxito. Sin embargo Salomón le pide a Dios sabiduría para administrar su reinado. Claramente, la obtuvo y su tiempo en el trono fue más exitoso que el de su padre.
Esto no es un grito contra la educación. Para nada. Sino una invitación a que, si por algún motivo, se te presenta una situación inesperada y que actualmente no estás listo para gestionar, no la rechaces de manera inmediata. Pensalo bien, tomate un tiempo para reflexionar. ¿Hay chances de formarse -sin experiencia en el terreno- a lo que la vida te está invitando a participar?.
Si sos estudiante de medicina, por favor no hagas caso a todo esto. Pero si no sabes como ser papá o mamá, si no sabes como gestionar un noviazgo, como liderar un equipo de personas, desenvolverte en público y dar un discurso, vender ante un potencial cliente, ¡ánimo! la experiencia es el mejor título que podes buscar.
Todo en la vida es un eterno desafío, está en vos saber disfrutar de cada uno. Aprender constantemente como mejorarte.
